Hostal Casa Masip Ezcaray, Ezcaray

Nuestra tercera estancia en Casa Masip fue agradable, aunque nos decepcionó un poco no haber sido informados hasta el último día de que el restaurante estaba cerrado. Las tapas en Bar Masip estaban bien, pero echamos de menos una cena en el hotel. La suite era enorme, aunque la cama un poco dura para nuestros cuerpos cansados. El desayuno fue lo mejor, servido por dos encantadoras damas. La experiencia se vio ensombrecida por el ruido nocturno en el techo. En general, es un lugar encantador para dormir, pero deberán mejorar la comunicación sobre los servicios disponibles.

Nuestra tercera estancia en Casa Masip fue agradable, aunque un poco decepcionante al enterarnos, solo en nuestro último día, que el restaurante estaba cerrado hasta el fin de semana. A pesar de eso, disfrutamos de nuestras comidas en Bar Masip y en el museo del vino Vivanco. La suite era enorme, pero la cama resultó un poco dura para nuestras espaldas. El desayuno fue muy bueno y servido por un par de encantadoras damas. Aunque extrañamos a María Ángeles, Magdalena se ocupó de nosotros muy bien. Ezcaray es un lugar encantador, aunque la hora de la cena (9:00) resultó un poco tarde para nosotros.

Nuestra estancia en Casa Masip fue agradable, aunque tuvimos una pequeña decepción al enterarnos en nuestro último día que el restaurante estaba cerrado hasta el fin de semana. A pesar de eso, disfrutamos de una suite amplia y un encantador desayuno servido por unas amables damas. Sin embargo, el ruido en el techo por la noche fue un poco molesto para uno de nosotros.

Nuestra tercera estancia en Casa Masip fue agradable, aunque algo decepcionante al enterarnos el último día que el restaurante estaba cerrado hasta el fin de semana. Las habitaciones son enormes, pero la cama era un poco dura para nuestros viejos cuerpos. El desayuno estuvo bien, servido por dos amables damas, aunque la hora de la cena a las 9.00 pm se siente tardía para nosotros los europeos del norte.

La tercera visita a Casa Masip fue agradable, aunque un poco decepcionante al no informarnos hasta el último día que el restaurante estaba cerrado. La suite era enorme, pero el colchón resultó un tanto duro para nuestras espaldas. El desayuno fue muy bueno, servido por personal encantador, lo que ayudó a compensar algunas molestias.